Escribir ficción histórica es como caminar con un pie en el pasado y otro en la imaginación. No basta con tener una buena historia: también hay que entender los contextos, los silencios y los detalles que hacen que una época cobre vida. ¿Cómo se logra eso sin caer en anacronismos? ¿Qué tanta libertad tiene el autor? ¿Y por dónde empezar?
En este artículo comparto los métodos más comunes para escribir ficción histórica, los retos que conlleva y algunos consejos desde mi experiencia como autor que escribe ficción histórica.
¿Qué es ficción histórica?
Una definición sencilla: es narrativa de ficción que se ambienta en un período histórico real.
Pero más allá del escenario, la historia y los personajes deben estar modelados por la época, sus conflictos, su lenguaje, sus creencias y limitaciones.
Métodos para escribir ficción histórica
1. El método del cronista
Se parte de hechos históricos documentados (fechas, batallas, personajes reales) y se rellena con ficción para dar profundidad emocional o nuevas perspectivas.
Ejemplo: “La ruta de las tormentas” se basa en el cuarto viaje de Cristóbal Colón, pero añade escenas ficticias que muestran el impacto sobre los pueblos indígenas.
Ventaja: fidelidad histórica sólida
Riesgo: sonar demasiado académico o predecible
2. El método del hueco narrativo
Se identifica un “silencio” en la historia oficial: un personaje olvidado, un pueblo no documentado, una mujer borrada del relato. A partir de ese vacío, se crea una historia con base plausible.
Ejemplo: “La ruta de las tormentas” utiliza a Kukaro. Un cacique que está documentado en las transcripciones de los Pleitos Colombinos. “El cacique quemado” también es mencionado en el mismo documento y un párrafo del encuentro, pero la mayoría del cuento es ficticio.
Ventaja: da voz a lo no contado
Riesgo: requiere creatividad ética para no inventar desde el prejuicio
3. El método inmersivo (worldbuilding histórico)
Similar al de la fantasía, pero con bases reales. Se recrea un mundo completo del pasado: costumbres, alimentos, sonidos, rituales, arquitectura, lenguaje. Es como construir un escenario de teatro con investigación.
Ejemplo: “El clan de los perros” sigue este método porque intenta recrear una región de Costa Rica hace 10 000 años, así como a las personas y su cultura.
Ventaja: el lector “viaja en el tiempo”
Riesgo: la documentación puede absorber más tiempo que la escritura
4. El método de la reinterpretación
Toma eventos conocidos y los reinterpreta desde otra perspectiva o con un tono distinto. Aquí caben el realismo mágico, la sátira, o incluso lo sobrenatural, siempre anclados en un contexto histórico.
Ejemplo: “La tormenta de los tiburones” es un evento documentado por Colón en el que el realismo mágico es utilizado para agregar una perspectiva diferente al encuentro con los conquistadores.
Ventaja: da libertad creativa
Riesgo: puede ofender sensibilidades si no hay respeto
Retos comunes
- Anacronismos: frases, actitudes o tecnologías que no existían en la época.
- Romantización del pasado: idealizar culturas o justificar violencias.
- Exceso de datos: si el texto parece ensayo en lugar de narración.
- Lenguaje inverosímil: personajes de 1500 hablando como en 2025.
Consejos prácticos
- Investiga fuentes primarias, pero también secundarias que las cuestionen.
- Haz mapas, líneas de tiempo y glosarios, aunque no los muestres en la historia.
- Escucha el ritmo de la época: cartas, canciones, oraciones, cuentos populares.
- Usa personajes ficticios para explorar conflictos reales.
- Ten claro tu enfoque ético: ¿es una historia para entretener, cuestionar, honrar?
En resumen
La ficción histórica es más que poner espadas y túnicas. Es una forma de preguntarnos cómo fuimos, cómo lo contamos y qué elegimos recordar. Ya sea desde la crónica, la invención o la reinterpretación, el pasado sigue hablándonos. La tarea del autor es escuchar con respeto y narrar con objetividad.
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